El extractivismo depredatorio – de
deposición de territorios, de concentración de riquezas, de despojo de los
bienes comunes – interpreta a la tierra, a la pachamama, como a
una fuente inagotable de recursos, y a sus hijos, los originarios, como un
residuo social.
La explotación de hidrocarburos, desde el
punto de vista ambiental, ha sido el factor central de contaminación en los
últimos cien años, además, como recurso económico, ha representado el botín de
cruentas y numerosas guerras en todas partes del mundo.
Por otra parte, la matriz energética centrada en la extracción de hidrocarburos consolida un tipo de crecimiento que, de manera análoga al caso de los transgénicos o la mega minería, transfiere riquezas, como el suelo o el subsuelo, hacia centros mundiales de poder, los cuales históricamente desde la conquista hasta la fecha sometieron la voluntad soberana de los pueblos de Latinoamérica.
Por otra parte, la matriz energética centrada en la extracción de hidrocarburos consolida un tipo de crecimiento que, de manera análoga al caso de los transgénicos o la mega minería, transfiere riquezas, como el suelo o el subsuelo, hacia centros mundiales de poder, los cuales históricamente desde la conquista hasta la fecha sometieron la voluntad soberana de los pueblos de Latinoamérica.
En esta nueva etapa de descubrimientos y
conquistas, de ¨recursos¨ y ¨tecnologías¨, ante el próximo agotamiento del
petróleo líquido, convencional, que se extrae por perforación y bombeo, se
avanza hacia la explotación de formaciones fósiles sólidas (rocas o arenas) que se encuentran a una gran
profundidad y cuya explotación, ahora, además de continuar y profundizar la
contaminación ambiental, también van ha hacer abuso de uno de nuestros bienes comunes
más vitales, como es el agua.
La hidro fractura es una técnica agresiva
que se realiza en el corazón de la tierra, entre los tres mil a cinco mil
metros de profundidad, inyectando a gran presión millones de litros de agua
dulce (a la cual se le agregan químicos contaminantes) y así se fractura en
distintos puntos a estas formaciones sólidas, recuperando a la superficie parte
del agua mezclada ahora con hidrocarburos.
En el proceso se contaminan por
filtración las diferentes capas de la corteza terrestre y, en la superficie,
por derrame en las aguas residuales se contamina también el suelo. Otro peligro
de esta técnica es que interviene en zonas de tal profundidad y con tamaña
dimensión de explotación que compromete el equilibrio sísmico.
Este tipo de tecnologías, como la
hidrofractura o los agrotóxicos, violentan los derechos naturales de la tierra
y dañan la vida saludable de las especies, incluida la humana.
También, merece un llamado de atención el
hecho de que esta explotación de la hidrofractura se imponga, en el plano
local, de la mano de empresas
extranjeras multinacionales como Chevrón, la cual con su árbol genealógico que
remite a la dinastía Rockefeller representa, paradigmáticamente, el símbolo
individualizado del Imperialismo, contrario a la memoria preexistente en estas
tierras, de propiedad comunitaria de los bienes comunes de carácter sagrado
para los pueblos originarios.
Por todo esto, desde la Asamblea Río Cuarto Sin
Agrotóxicos, nos expresamos en contra de la Hidrofractura , nos
solidarizamos con los pueblos damnificados con este flagelo y repudiamos la
violencia ambiental de este modelo de producción.
Por la Soberanía Alimentaria.
Po r la
Biodiversidad.
Po
Por la Agroecología.
Por una matriz energética ecológica y
soberana.
Por la vida.
Paren de Fumigar - No a la Hidrofractura.
Fuera Monsanto - Fuera Chevrón.
Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos, 28 de Julio de 2013.
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